viernes, 21 de noviembre de 2014

Entre baobabs milenarios y estaciones biológicas super modernas

En mi última crónica os contaba que Madagascar no es, en general, el paradigma de lo que acostumbramos a imaginar al pensar en el África central.
Sin embargo, el viajero puede reconciliarse con la África más icónica visitando los bosques de baobabs que rodean Morondava. Allí me encaminé pasados mis días con el Fosa en Kirindi. Los escénicos baobabs se alzan majestuosamente entre los bosques y los pastos de esta región de la isla. En algunas zonas, se concentran de forma especialmente abundante, como en la conocida avenida de los baobabs, donde varios de estos mastodontes milenarios se postran a lado y lado de una pista de tierra rojiza. Cuentan las leyendas malgaches que dios castigó a estos árboles poniéndoles del revés, enterrando sus copas en las tierra y dejando sus raíces al aire. Leyendas a parte, los baobab, con su particular porte, logran transmitir un misticismo o un algo especial que parece hacer mella tanto entre los malgaches como entre los visitantes que los observan embelesados. Quizás las acacias de las sabanas centroafricanas sean el árbol más emblemático del continente, pero sin duda la contemplación de los baobab desprende un intenso sabor a África. (Podéis hacer click en las fotos para verlas en grande)










Por lo demás, Morondava es una agradable población costera del oeste malgache, de personas amables y donde la vida transcurre plácidamente. La actividad principal de sus gentes es la pesca y la construcción de barcos y les gusta dedidar el tiempo libre, como en toda el país, al dominó y a la petanca.






Finalizados mis días en Morondava me dirigí a Ambositra, una encantadora y pequeña ciudad donde descansar un día de camino a mi siguiente destino. Alejada de las masas y de los circuitos turísticos, Ambositra desprende un aire colonial que hace revivir pasajes de tantas novelas ambientadas en aquellas épocas.




Tan solo un día disfruté de Ambositra. Se trataba solo de una parada en el camino hacia Ranomafana, uno de los espacios naturales más importantes de la isla.
Hacia allí fui al tener el placer de haber sido invitado por la Universidad de Helsinki para colaborar en unos workshops y con los científicos de dicha universidad que trabajan en el parque. Ahora escribo estas líneas desde ValBio, una de las estaciones biológicas más importantes del trópico y una de las más espectaculares que yo haya visto hasta la fecha. Pasaré el resto de mi viaje aquí (en la estación o de expedición con la universidad) dando algunas clases y reportando el trabajo de campo que se realiza. Mi acogida ha sido muy buena y el grupo de investigadores y profesores son unas personas estupendas que me han hecho muy fácil la incorporación al grupo. He dado algunas charlas sobre fotografía y conservación y sobre técnicas de fotografía aplicadas a la investigación biológica. 




Trabajar con científicos y en investigación siempre me resulta motivador, sin embargo, mi ratio de fotos, inevitablemente, ha disminuido: el trabajo en ValBio me obliga a pasar algunos ratos delante del ordenador. Aún así he de confesar que he pasado horas de ordenador en lugares peores…




Durante estos días en ValBio he colaborado también con Patricia Wright, una de las primatólogas más importantes del mundo y una gran activista de la conservación. He reportado su trabajo con sifakas en Ranomafana y ha sido un placer compartir paseo y charlas con ella por el bosque o en la estación biológica. Actualmente realizan un importante seguimiento de algunas poblaciones mediante la colocación de radiocollares, momento en que se aprovecha también para analizar el estado de salud de los individuos capturados para detectar posibles enfermedades o carencias.













4 comentarios:

  1. Els baobabs son com eren els gegants infantils. Tenen un aspecte oníric i inquitant a la vegada.
    Magnífica experiencia, grácies per fer-nos la compertir.

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  2. Anem de viatge a través de les teves cròniques. Uns moments somniats posats en imatges. Moltes gràcies!
    elisenda

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  3. Moltes gràcies Ramón i Elisenda per les vostres paraules. M'alegro de que us agradin. Una forta abraçada

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