Existe
una palabra en japonés, “aware”, que describe la
sensibilidad o capacidad de sorprenderse o conmoverse, de sentir cierta
melancolía o cierta tristeza ante lo efímero. El término original hace
referencia a los momentos fugaces de la vida, a que las cosas bellas lo son más
por el simple hecho de ser perecederas. Me parece un concepto más que apropiado para
la fotografía conservacionista y de naturaleza en estos tiempos que corren. El
patrimonio natural que nos rodea desaparece a un ritmo más que alarmante.
Trabajo en diversos proyectos en los que veo selvas quemarse, talarse o
simplemente arrasarse. Las mismas selvas en las que anteriormente he
fotografiado aves, insectos o monos, muchos de ellos endémicos, y que
posiblemente hayan muerto junto con el hábitat en que vivían. Cada vez más la
naturaleza me parece efímera en sí misma debido a la insostenible actividad
humana. A menudo, cuando pienso en ello, llego a sentir nostalgia de cosas que
no he vivido y de lugares que no conozco y que, en algunos casos, ya no podré
conocer jamás. Así pues, no puedo evitar sentirme en la obligación moral de
luchar en nombre de esta naturaleza a la que pertenecemos, a la que nos debemos
y a la que, sin embargo, no respetamos. Para ello, la fotografía me parece una
herramienta poderosa, pues ningún otro medio casa tan bien con este concepto de
“aware”. Tomamos un instante efímero y lo atesoramos para siempre, para que
permanezca después de desaparecer y poder conservarlo eternamente.
He observado el poder de la fotografía. He visto como llega a
remover sentimientos y a despertar conciencias. Soy un firme creyente de que,
bien utilizadas, las fotografías pueden tener una gran repercusión.
Los que acostumbráis a recibir estas felicitaciones sabéis que
acostumbro a hablar en ellas de fotografía o de viajes, y trato de transmitiros
y contagiaros el disfrute que ello nos produce a muchos. Sin embargo, esta vez,
querría ir un paso más allá. Querría haceros saber que está en vuestras manos,
con vuestras fotos, con vuestras palabras y con vuestras experiencias, el
transmitir que hace falta un mundo mejor. Así que os animo a ser críticos con
vuestras fotos y con vuestra obra. A buscar un fin al esfuerzo que a menudo
conlleva obtenerlas. Vuestras imágenes son testimonio del mundo de hoy, son
pruebas de los valores que se deben conservar y de las acciones que se deben
evitar. Usadlas, son eficaces, más quizás de lo que creéis.
Cambiando de tercio, personalmente, este año que ahora termina
he disfrutado mucho de mi trabajo y de mi tiempo en la naturaleza. Volviendo a
las palabras intraducibles de otros idiomas, existe una en alemán que me gusta
especialmente: Waldeinsamkeit. Expresa el sentimiento de sentirse solo
en el bosque y en conexión con la naturaleza. Es una sensación tan maravillosa
que me sorprende que una palabra así no exista en todos los idiomas. Mi
waldeinsamkeit particular de este año me ha llevado a fotografiar auroras
boreales entre estrellas en el polo norte, volcanes en erupción en Italia o fascinante
fauna endémica en Madagascar entre muchas otras cosas y destinos.
Quiero animaros
a experimentar el Waldeinsamkeit, a sentir la naturaleza y a retratarla con
vuestra cámara. Os invito a explicar esta sensación a todo el mundo, porque
cuanta más gente pueda sentirla más cerca estaremos de lograr el ansiado
respeto por nuestra querida naturaleza.
Haciendo balance del año
que termina, para mí, este 2014 ha sido un año lleno de nuevos retos y
emociones. He crecido personal y profesionalmente. He visitado nuevos destinos
y conocido nuevas culturas. He fotografiado varios países en diversos
continentes y he podido disfrutar de nuevas experiencias fotográficas. Hemos
realizado muy exitosamente el postgrado de fotografía de La Salle que dirijo, y
con el que todos hemos disfrutado mucho. He colaborado en varios proyectos
conservacionistas que empiezan a dar sus frutos y he alcanzado nuevos logros
profesionales que se ven satisfechos por la alegría del esfuerzo cumplido. A
toda la gente que seguís mi trabajo no puedo más que expresaros mi más profundo
agradecimiento. Como fotógrafo, es realmente gratificante sentir que la labor
realizada con gran dedicación y esfuerzo es apreciada y valorada. Sin embargo,
más allá de toda satisfacción profesional, yace el privilegio de haber tenido
la suerte de compartir grandes momento con muchos de vosotros.
Tan solo me queda
desearos una feliz entrada a este nuevo año 2015, que seguro que nos traerá
nuevas experiencias y aventuras.
Un abrazo