Parece que finalmente hemos sobrevivido al fin del mundo maya, o cambio de ciclo o lo que fuera que hubiese de ocurrir. Disculpad que, dada la proximidad de tan gran catástrofe, haya postergado mi felicitación navideña; pero espero que entendáis que la ironía de desearos felices fiestas ante la inminente llegada del apocalipsis me pareciera inapropiada.
Entre las innumerables bromas al respecto, felicitaciones
con duendes que bailan y otras cosas varias que he ido recibiendo recientemente,
estos días pasados ha llegado a mi esta pequeña joya en forma de spot
publicitario de canon (de tan solo un minuto) que os recomiendo que veáis: https://www.youtube.com/watch?v=sg-9LuCQXrk
No tengo mucha costumbre de enviar links y compartir videos,
pero en este caso creo que vale la pena. Tan pronto empecé a ver este vídeo, me
sentí claramente identificado, sonreí, asentí con la cabeza y no pude evitar el
rememorar situaciones similares.
Tengo el placer de compartir la pasión por la fotografía con
muchos de los que estéis leyendo estas líneas. Muchos también, me habréis oído
comentar el privilegio y la desgracia que a la vez supone el que tu afición se
convierta en tu profesión. Uno debe rendirse cuentas, calcular amortizaciones y
preocuparse del beneficio de su trabajo más allá del de la propia satisfacción
personal. Todo esto causa a menudo una desafección
que no es difícil de percibir entre algunos compañeros de profesión, que ya
raramente disparan fotos si no hay un encargo de por medio o pueden sacar un provecho
inmediato de sus imágenes. Sin embargo, tras ver el vídeo, me siento orgulloso de
mantener, al menos, algo de aquel espíritu que me llevó a coger una cámara de
fotos por primera vez.
Me siento igualmente contento y orgulloso de ver este
espíritu en muchos de vosotros, amigos fotógrafos de cualquier profesión, de haber participado un poquito de él, y, si
me lo permitís y sin pretender ser vanidoso, de haber contribuido un poquito a
fomentarlo en algunos casos.
Sabéis que a veces nuestra afición nos lleva, como pasa en
el video, a hacer cosas raras. Pasear a horas intempestivas en busca de
estrellas, caminar largos caminos para llegar a ese lugar especial, esperar
durante muchas madrugadas la aparición de este o aquel animal, sufrir
temperaturas que deberían estar prohibidas… Pequeñas locuras, difíciles de
explicar. Muchos nos hemos preguntado alguna vez el porqué hacemos esto, y aún
más nos lo han preguntado aquellos que no conocen o comparten nuestra afición.
No creo tener una buena respuesta racional para ello, pero cuando me asaltan
estas dudas siempre me viene a la mente un antiguo anuncio de Nikon que suele
aplacar mi espíritu. En éste, aparecía una persona buscando inquietamente una
fotografía concreta en una caja repleta
de negativos y al encontrarla, lleno de satisfacción, podía leerse: “…Y
allí está. Has hecho una fotografía que es una fotografía, que cuenta una
historia o revela un hecho, y piensas para ti mismo: Yo he hecho esto. De luz y
cristal y sudor y película, yo he hecho eso”.
Durante este año que ahora termina he tenido oportunidad de
fotografiar al estupendo y esquivo oso
pardo en el pirineo, a los hombres de los bosques (literalmente orang-utan) en
las selvas asiáticas, a dragones sacados de otro tiempo en Komodo y a majestuosas
mantas gigantes entre muchas otras cosas. He compartido algunos de estos
momentos con varios de vosotros, y, en algunos casos, hemos participado juntos
de las locuras fotográficas de unos y otros.
Quiero invitaros a todos vosotros, fotógrafos o no, a que os
sintáis identificados en las situaciones del video. Es fantástico en estos
tiempos el poder recrearse en una afición, la que sea, que te permita
deleitarte lo suficiente en algo como para poder disfrutar el llevarlo al
límite. Algo que ocupe tu mente de vez en cuando, cuando menos te lo esperas, con nuevas ideas y locuras. Que te haga sentir
la impaciencia de que llegue el momento idóneo o se den las condiciones
necesarias para poner a prueba aquello que se te ha ocurrido… Supone tiempo y
esfuerzo. A veces, decepciones. Pero sin
duda, la satisfacción que reporta el lograrlo hace que todo lo invertido valga
sobradamente la pena.
Haciendo balance del año que termina, para mí, este 2012 ha
sido un año lleno de retos y emociones. He crecido personal y profesionalmente.
He visitado nuevos destinos y conocido nuevas culturas. He fotografiado varios países
en diversos continentes y he podido disfrutar de nuevas locuras fotográficas. He
alcanzado nuevos logros profesionales que se ven satisfechos por la alegría del
esfuerzo cumplido. En particular, preparar el postgrado de fotografía digital
de La Salle que dirigiré el próximo año ha supuesto para mí un nuevo reto al
que me enfrento con mucha ilusión. A toda la gente que seguís mi trabajo no
puedo más que expresaros mi más profundo agradecimiento. Como fotógrafo, es
realmente gratificante sentir que la labor realizada con gran dedicación y
esfuerzo es apreciada y valorada. Sin embargo, más allá de toda satisfacción
profesional, yace el privilegio de haber tenido la suerte de compartir grandes
momento con muchos de vosotros.
Tan solo me queda desearos una feliz entrada a este nuevo
año 2013, que seguro que nos traerá nuevas experiencias y locuras.
Un abrazo
No hay comentarios:
Publicar un comentario