domingo, 1 de enero de 2012

Feliz 2012


Ya empieza el 2012. Un año que, según algunas interpretaciones de la tradición maya puestas de moda recientemente, supondrá el fin del mundo. Seguramente no será así, aunque desgraciadamente parece que vivimos en un mundo cada vez más decadente en lo que a relación de hombre y naturaleza respecta. El ser humano ha tardado miles de años en evolucionar en armonía con la naturaleza, y probablemente dos o tres generaciones no han sido suficientes para que nos acostumbremos a vivir continuamente encerrados o delante de un ordenador. Tal vez, este grado de desafección por la naturaleza que sufren algunas de las sociedades modernas hubiese significado algo similar al fin del mundo para los mayas, así que quizás no estaban tan errados en sus predicciones.

Sin embargo todavía existe el mundo natural, y es maravilloso. Hay que estar preparado para sufrirlo, para conocerlo y para quererlo. Esta es, seguramente, la parte que más me gusta de mi trabajo, la oportunidad de vivir y conocer el mundo natural tanto como me sea posible y aprender a disfrutarlo. Y para ello la fotografía es quizás la herramienta perfecta. Decía Dorothea Lange “La cámara es un instrumento que enseña a la gente a como mirar sin la cámara”. Vale la pena recurrir a esta habilidad de percepción, para ver donde otros solo miran, y saber que se disfruta de este discernimiento que permite deleitarse más con el entorno.

La fotografía me recuerda, además, que cada instante es único e irrepetible. Desde hace ya muchos años, la física y la termodinámica lograron demostrar lo que parece una obviedad: el tiempo avanza siempre hacia adelante. Por esto, cada uno de nuestros actos es irrepetible. Nada podrá jamás deshacerse ni revivirse. Cada instante es precioso e irreversible. Sin embargo, ciertos instantes son especialmente notables y la virtud del fotógrafo consiste en saber anticiparse a ellos y tener la perspicacia adecuada para poder captarlos. En consecuencia, la parte complicada de las fotos está en los actos anteriores al accionamiento del obturador. Después, en el ordenador, un sistema que si que permite hacer y deshacer y replantear las decisiones a nuestro antojo, se podrán modificar ciertas cosas, pero nada de lo que se haga podrá sustituir al precioso momento de tomar la fotografía.

Mientras trabajo en la naturaleza la percepción de este instante único se vuelve obsesiva y me olvido de todo; tan solo vivo el momento y es solo al final de lograr las fotografías buscadas cuando recuerdo el hambre y el frio y me doy cuenta de que estoy agotado tras horas de cargar el equipo o ir en busca de algún animal. Este año que ahora termina pude fotografiar, entre muchas otras cosas, gorilas de montaña. Era algo que quería hacer desde hacía tiempo. Un solo día pasé fotografiando gorilas de montaña, pero un solo día frente a los gorilas, un instante tan deseado, ha sido para mí más que un año frente al ordenador. Espero poder mostraros pronto, algunas de las imágenes que pude captar.

Para este año que empieza os deseo que anheléis, encontréis y viváis vuestros momentos únicos y deseados y que tengáis la oportunidad de disfrutarlos. Os invito a que salgáis a hacer fotos y a que uséis esta herramienta para conocer nuevos mundos, cercanos y lejanos y para experimentar y disfrutar de cada instante.

Haciendo balance del año que termina, para mí, este 2011 ha sido un año lleno de retos y emociones. He crecido personal y profesionalmente. He visitado nuevos destinos y conocido nuevas culturas. He fotografiado varios países en diversos continentes y he podido disfrutar de muchos “momentos fotográficos” únicos. He alcanzado nuevos logros profesionales que se ven satisfechos por la alegría del esfuerzo cumplido. A toda la gente que seguís mi trabajo no puedo más que expresaros mi más profundo agradecimiento. Como fotógrafo, es realmente gratificante sentir que la labor realizada con gran dedicación y esfuerzo es apreciada y valorada. Sin embargo, más allá de toda satisfacción profesional, yace el privilegio de haber tenido la suerte de compartir grandes momentos con muchos de vosotros.

Solo me queda desearos una feliz entrada a este nuevo año 2012, que seguro que nos traerá nuevas experiencias y aventuras.

Un abrazo

Joan